Leyendo noticias de fuera de España sobre el sector del biogás, me pongo muy, pero que muy nervioso.
Francia aprueba un incremento de tarifas para pequeñas plantas de biogás, en Inglaterra en un solo año incrementan el 40 % de la energía que proviene del biogás. Y en Italia con unas 1.400 plantas están lejos todavía de las 9.000 plantas de Alemania.
En España según la asociación Europea de biogás (EBA) seguimos estancados en unas 31 plantas. Y nos encontramos con noticias como que el actual gobierno plantea permitir la instalación de plantas de biomasa y eólica, pero ni se plantea permitir nuevas plantas de digestión anaeróbica.
Quien se equivoca?
Una planta de biogás genera empleo, reduce emisiones de gas de efecto invernadero, crea servicios asociados, ayuda a la competitividad del sector agro-ganadero y alimentario, reduce exportaciones y mejora la balanza comercial del país. Incluso es un factor de exportaciones de productos y servicios tecnológicos con alto valor añadido.
La digestión anaeróbica en si es el mejor ejemplo que conozco de economía circular, y la economía circular es clave para generar empleo de calidad y afrontar los desafíos de la globalización.
Quien se equivoca?
En España, para comenzar, creo que tenemos un grave problema en el IDAE y el Ministerio, que a excepción de la época de Jaume Margarit, (por una apuesta personal suya) ni entienden ni quieren entender de biogás.
Por otro lado parece que el sector al no haberse prácticamente desarrollado cuando llegó la moratoria y los recortes retroactivos, no tiene visibilidad en los medios, y los gobernantes no reciben ninguna presión.
Pero Quien se equivoca? El mundo entero o el Gobierno de España.
La respuesta, es clara.
